SHIRIN EBADI, La primera mujer musulmana que obtiene el Nobel critica con dureza a los gobiernos de todo signo político y cultural
La iraní ganadora del Nobel de la Paz recibe amenazas por acudir al acto sin el velo
La Nobel de la Paz censura a Bush al recoger el premio
La iraní Shirin Ebadi dice que EEUU viola los derechos humanos con el pretexto del 11-S
Aprovechó su discurso de recogida del Nobel para acusar al presidente de EEUU, George Bush, de "violar los principios universales y los derechos del hombre con el pretexto de los atentados del 11 de septiembre". Ebadi cargó también contra los sectores más conservadores del Islam.
"La preocupación de los defensores de los derechos humanos va en aumento porque se está viendo que no sólo sus enemigos no respetan los derechos internacionales de las personas, sino que también algunas democracias occidentales quebrantan estos principios básicos", dijo Ebadi, en referencia no sólo a Bush, sino también a sus aliados: Reino Unido, Italia y España.
Una mujer de hierro
Shirin Ebadi se convirtió, con 27 años, en la primera mujer juez de Irán, pero la revolución islámica de Jomeini, cuatro años más tarde (1979), la dejó sin trabajo porque las mujeres son "demasiado emocionales e irracionales" para desempeñar ese cargo. Este revés humillante no la paralizó y Ebadi (Irán, 1947) siguió trabajando para lograr que su país fuera más justo.
Desde entonces da clases en la Universidad de Teherán y como abogada ha defendido a decenas de personas que han sido torturadas o se han visto privadas de su libertad de expresión. Como muchos abogados iranís, ha pisado varias veces la cárcel, la última vez en el 2000, por, supuestamente, "manipular" una cinta de vídeo con la que intentaba probar la represión policial en las manifestaciones de estudiantes. Ebadi, además, cofundó la primera organización por la lucha de los derechos humanos después de la revolución.
"Cualquier persona que quiera luchar por los derechos humanos en Irán debe vivir con el miedo en el cuerpo desde que nace hasta que muere, pero yo ya he aprendido a superarlo", ha dicho Ebadi en más de una ocasión.
Los que la conocen afirman que, pese a su baja estatura y su voz suave, esta mujer es un torbellino y tiene un coraje y una valentía excepcionales en un país en el que las mujeres se sienten personas de segunda clase. Las asociaciones de derechos humanos de Irán desean que ella y su premio sean un catalizador para las reformas que necesita Irán.
La Premio Nobel de la Paz fue una de las ponentes en el Diálogo Oriente-Occidente, que se celebró en julio en Fòrum Barcelona 2004
SIN VELO
Cumpliendo su promesa de no llevar el tradicional y obligado velo de las mujeres iranís, la abogada Shirin Ebadi acudió con cara descubierta y vestida de forma occidental a recoger el premio Nobel de la Paz que el Comité Nobel Noruego le ha concedido este año por su "lucha en defensa de los niños y los derechos humanos".
Ebadi recibió el galardón en nombre de las "todas las mujeres que luchan por sus derechos en el mundo islámico" y dijo que el premio será "una inspiración para los demócratas de la región". La abogada, de 56 años y musulmana, recordó en sus palabras la cultura humanitaria de su país y del Islam, y denunció a los que se escudan en el Corán para defender estructuras patriarcales. "Muchos musulmanes se amparan en que la democracia y los derechos humanos son incompatibles con el Islam, para así justificar gobiernos despóticos" declaró la galardonada.
DOBLE RASERO DE LA ONU
Ebadi hizo gala de esa valentía que le ha llevado a ganarse el Nobel y no dejó títere con cabeza: "¿Por qué en los últimos 35 años no se han cumplido docenas de resoluciones sobre la ocupación de los territorios palestinos por Israel y en los últimos 12 años Irak ha sido objeto de ataques, sanciones y ocupación militar?", se preguntó la abogada iraní.
Ole Danbolt Mjös, director del Comité Nobel noruego, dijo en su discurso que tiene la esperanza de que el Nobel de la Paz de este año inspire ciertos cambios en Irán. Para Mjös, el premio se ha concedido "a la persona adecuada, en el momento adecuado y en el lugar adecuado". "Tu nombre lucirá en la historia de los premios Nobel. Esperemos que el galardón también pueda inspirar cambios en tu querido país Irán y otras partes del mundo que necesitan escuchar tu voz clara", declaró Mjös. "Y esto también vale para Occidente", apostilló al día siguiente.